martes, 2 de abril de 2013

No es fácil ver con el corazón...

El agujero negro que se formó en el centro de mi pecho, entre mis costillas me ha dejado ciega, no es fácil ver con el corazón nublado...

La tormenta dejó mi casa hecha trizas, desmembrado mi cuerpo, separado de su alma, sigo buscando entre los escombros la salida de esta cueva artificial y oscura en la que estoy confinada. Me arrastro pesada sobre el fango, estiro la mano para tocar más allá, por más que he llorado no he podido despejar mis ojos de este polvo asbestoso que los ciega.

No veo, no escucho nada además de mis sollozos, no siento más que el fango y el frío, no huelo más que muerte y a vinagre, no distingo otro sabor que el de la sangre seca alrededor de mi boca.

En un sueño, llego la hembra jaguar a cantarme, a lamer mis heridas, me llevó sobre su lomo y descansé al fín, después de muchos días...desperté del sueño ensordecida por un tambor de guerra, un golpeteo constante, era mi corazón en el fondo del agujero negro, había despertado y ahora me guiaría fuera de la cueva, de esta casa destrozada, de la tristeza interminable.

"Yo voy a hacer de tus ojos, me dijo el corazón, yo voy a sacar a tu mente de esta locura, confía en el ritmo de la naturaleza, en el ritmo de este tambor". Después de no creer en nada, creí en él.

Ahora sigo ciega pero a voluntad, no puedo si no ver con el corazón las cosas hasta que la luz vuelva a entrar a mi casa, el corazón me muestra cosas que no puedo ver con mis ojos, que no he visto nunca, que no ve nadie más, que desafían a toda lógica, que van contra todos mis argumentos, que solo coinciden con mis oraciones, lo he tomado de guía y el camino es doloroso y accidentado, veremos a donde me lleva.

No es fácil ver con el corazón, pero al mismo tiempo es el único que nos muestra la verdad.


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